Del “Think Blue” a pensar en negro

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Volkswagen es un ejemplo de lo que no se debe hacer. El escándalo de la manipulación en las emisiones les ha explotado en las narices.

En febrero hicieron una campaña sobre la RSC en la que se preocupaban por el medio ambiente pero a la vez que plantaban bosques, estaban contaminando e incumpliendo con la ley.  Nos vendían que teníamos que pensar en azul, mientras ellos, lo único que hacían, era teñir el medio ambiente de negro. Fueron los responsables de emitir 11 toneladas de gases contaminantes extras a la atmósfera. 11 toneladas más de las que podían emitir.

¿El resultado? Un mundo más contaminado, unos clientes mucho más enfadados y unos inversores desconfiados. Si contaminas, no intentes vender que eres el más limpio de todos: sé coherente con tus valores.

Esta crisis ha supuesto una gran pérdida para Volkswagen, no solo económicamente hablando, sino también en lo que se refiere a sus intangibles. La marca, posiblemente, pueda hacer frente a esa pérdida económica, ya que es una empresa monstruosa, pero su reputación va a costar mucho de recuperar: han roto su imagen de marca, sus valores y traicionado la confianza de sus accionistas y clientes.

Volkswagen inició en 2008 una serie de campañas que daban un aire renovado a la compañía. Decían que nos vendían unos coches limpios, preocupados por el futuro y muy azules. En la televisión pasaban una y otra vez sus spots del color del cielo.

Pero sus acciones no se han correspondido con su identidad. Su imagen y su reputación se han dañado porque nos han engañado. ¿Dónde queda entonces el azul?

Marta de Miguel, Toni García y Selene Pérez

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